Las Clarisas de París guardaban desde casi un siglo las reliquias de una joven virgen romana, mártir del siglo IV, cuya edad no pasaba de los 13 años según un atestado. La virgen tiene el hermoso nombre de Santa Atanasia, del griego Athanatos, inmortal.
Pequeña estatua de cera blanca que contiene los huesos del cuerpo. En la mano derecha un vaso con sangre seca de la mártir. Encima del primero, otro relicario contiene la cabeza.
Sus reliquias fueron descubiertas enteras en las catacumbas romanas, junto con pedazos de una ampolla de cristal veneciano donde habían recogido la sangre de la mártir.
En fecha que todavía desconocemos estas reliquias fueron trasladadas a Florencia y veneradas en la basílica de la Trinidad. Luego un atestado del 30 de diciembre de 1891 firmado por el cura nos informa que fueron ofrecidas a las Hermanas del Interior de María (¡ hermoso nombre !) en el Grand Montrouge en París.
Depositadas en 1904 en el domicilio del vicario de Montrouge, nunca volverán a estar con las monjas habiendo perdido éstas la esperanza de reconstituir su Congregación. Luego fueron puestas a disposición del cardenal arzobispo de París, Mgr. Amette que las entregó a las Hermanas Clarisas de París, 5 Villa de Saxe.
Debido a la crisis de vocaciones, el convento de las Clarisas debe desgraciadamente cerrar sus puertas y liquidar todos sus bienes. Por mediación de un amigo oblato benedictino, la madre abadesa ofreció a los monjes de Villatalla las insignes reliquias que antes de su traslado a su iglesia fueron depositadas en la escuela tradicional del Cours Saint Benoît (www.courssaintbenoit.fr), fundada en Fontenay Mauvoisin por Luc Perrouin.
Debido a la crisis de vocaciones, el convento de las Clarisas debe desgraciadamente cerrar sus puertas y liquidar todos sus bienes. Por mediación de un amigo oblato benedictino, la madre abadesa ofreció a los monjes de Villatalla las insignes reliquias que antes de su traslado a su iglesia fueron depositadas en la escuela tradicional del Cours Saint Benoît (www.courssaintbenoit.fr), fundada en Fontenay Mauvoisin por Luc Perrouin.
A petición del Higoumena Nikon, superior del monasterio ruso San Panteleimón en Moscú, el P. Jehan cedió a este el pequeño relicario con la cabeza de la virgen mártir para la iglesia de San Nikita el Megalomártir en Moscú y le escribió estas líneas:
“Juntos pediremos a la santa en el Paraíso, que en adelante nos unirá en la oración, la gracia insigne de una perfecta unión eclesial bajo el báculo del Pastor único. Y que así se cumpla la oración de Jesús: que sean uno como Nosotros somos uno.”
Por fin, la sagrada reliquia expatriada en Francia desde más de un siglo volvió a tierras italianas el 23 de octubre y así vino a bendecir y a proteger con su presencia la pequeña Comunidad monástica y la Comunidad parroquial de Villatalla.
En adelante reposa al pié del altar de Nuestra Señora del Socorro, a derecha en la iglesia donde monjes y fieles vienen cada día a encomendarse a la potencia de su intercesión.
“Entre todos los milagros de Su potencia, Usted a otorgado, Señor, la victoria del martirio hasta a frágiles jovencitas. El día en que celebramos el nacimiento en el cielo de Santa Atanasia, virgen y mártir, concédanos la gracia de caminar hasta Vd. inspirándonos de su ejemplo” (colecta de la misa).